Estás

Estás,
en las flores abiertas
que dejas en mi jarrón
al nacer el sol, cada mañana;
en cada gota de rocío, transpirada
en las nubes de algodón
y en el ineludible olor a tierra mojada,
¿Acaso no eres tú, esa nostalgia
serena que amanece olvidada en mis cabellos,
esa tristeza que huele a sándalo y a maduro ciprés,
cual rama colmada de lluvia?.
Estás retratado
en cada latido de mis latidos
y en el prisma de los cristales lejanos,
caleidoscópica figura que te paseas
mirando el vacío en mis ojos de infinito.
Te siento recorrer mis poros,
que siempre te esperan y a gritos te nombran;
con el alma asomada a la punta de los dedos,
aprendiendo cada línea de tu cuerpo,
seducido por el silencio de mi boca
en la sombra de tus inviernos.
Estarás por siempre,
en la nostalgia de los latidos
que viajan incrustados, cual olas que se mecen,
en las sensaciones revividas,dosis imprevista,
al respirarnos despacio:
En las mil horas de vuelos inventados,
en los corazones de tinta y parpados cerrados,
en los espejos de nuestros sentidos;
al amarnos entre las flores abiertas
que algún día despiertos soñamos.

Marian

Al asomo de la aurora.
cual arcilla, poco a poco,
me moldeas.
Piel de luna abrumadora,
adobe azul y tono rojo;
me delineas con tus dedos,
me das forma a tu antojo
y caminas despacito
las veredas de mi olmedo:
Poro a poro,
beso a beso.


Alfarero de mi pecho,
pincelado aquí en mi talle;
voy cediendo al acecho,
en cada pliegue de mi valle:
mano a mano,
cuerpo a cuerpo.

...Y ya no queda más espacio
-en mí-
que tus labios
no conozcan;
entre piel y arcilla rosa,
son tus manos,esas manos,
cual abejas laboriosas
que sedientas me moldean
mientras, mi alma alborozas.

Violín

Diapasón
de curvo sueño,
talla de selva
apretada a mi boca,
tu alma sostengo.


Doblez
y lamento
de ébano
en cuerdas frotadas,
tensas crines
que vibran
en mi agudo
cuerpo.

Hoy

eres bufón

de la

tristeza

que llevo.

Marian

Náufrago

Te llevo en el vaivén sinuoso,

que aguarda el ángulo exacto

de tu alma en mi alma;

al romper con furia

la marea de mis aguas,

en tus aguas.

Vives en mis acantilados

de sepia y roca, margen

húmedo de salitre,

que salpica, roe y baña.

Te llevo al extremo opuesto de mi otra orilla:

donde mi ausencia te respira y habita,

en ese devenir de ventosas,que te falta

-desde entonces-

eres náufrago, adosado a mi cintura de alga,

musgo adherido a mi hambre retórica,

ambrosía ambigua a la razón que conoces;

elixir brujo de piel morena y crispada

que te arrastra y me arrastra

en ambos sentidos y sin querer

te acerca a mis bancos de arena:

para escuchar al viento en el eco de mi andanza,

que te susurra y te ama amalgamada,

mutismo ensordecedor que ante mi,

te descubre y te desnuda.

Te llevo en mi oxígeno de azules y escamas,

en mi grito de ecos y "Te amos"

en éste crepitar de mareas que me confunde

en el pulso acelerado de cada cima coronada,

en tu nombre; con el goteo constante

del climax derramado en mi abismo de sal,

estalactita de piel que emerge;

oído profundo de mi pecho

en tu pecho de mar y de hipocampos;

que me roza,me agita y me posee.

María Lourdes.

Luna enamorada

Cual campanilla rosa

de semblanza desvestida y enredada.
Colgada como farol en la clara noche
vengo a dormir, entre tus dedos de broche,
amándote con mi pequeña silueta adormitada.

Y tú, vienes…
corriendo como riachuelo,
con la mirada enamorada,
carcomido de amor desde los huesos,
hasta los trigales de mi cuerpo.

Peinando de bucles
azabaches,
su ensortijado pelo.

El niño la mira, mira...
con ojos de sortilegio,
robándole de poco a poco,
cada uno de sus versos.


La luna lo está mirando,
la luna lo está durmiendo
enamorada sobre su lecho.


Metido entre los arrullos
silenciosos de su pecho;
haciendo rondas
de sonajilla y besos.

Alquimista.

Me imaginas y sospechas,
tallada en fina madera.

Me adivinas y percibes,
esparcida en yerbabuena.

Me divisas y distingues,

corredor de montes y planicies.

Me atrapas y descubres

atisbas, tocas

e inspiras.

Naturaleza pródiga.

Hechicero embriagante,

excedido en esencia:

"Te amo"

Alquimista.

Me provoca...

Me provoca...

exigirle

a

tu

locura

que exilie

a mi cordura,

que mis

manos

lleguen

a ti

-al inventarte-

Me provoca...

ir al

encuentro

de tus labios

con mi boca

-e indagarte-

Me provoca...

beber sorbo

a

sorbo

de tu elixir.

adivinar

a que saben

tus

deseos,

temblorosos...

-de lujuria-

Me provoca...

sentir

que tus

dedos

resbalen

trazo a trazo,

por mi cuerpo

apagando

mis hogueras...

Me provoca estar en tí...

Marian

¡Ay amor!...Amor.

¡Ay Amor!... Amor.

Si has llegado mañana,
sin saber que venías, ya te esperaba…
Siento cuando te vas, la renuncia y desfallezco;
te presiento como ave y son tus besos,
que hacen cabriolas en los mares con el viento.

¡Ay Amor!... Amor.

Te descubro y renazco.
Te busco amor y no te encuentro;
aunque verte me dejes, viajando a mis manos
como a la playa van las olas, a mojar sus cuencos.
No te entiendo: al estar, sin estar
y en mi muerte, te sueño;
sin noción de tiempo, ni oídos,
ni caminos y un día espero:
me cuentes de tu gira
si tengo vida a tu regreso.

¡Ay amor!... Amor.

Hasta que nunca te marches.
Esperare hasta siempre...
a que regreses a mis ansias
y si nunca vienes,
muero y nada siento.

Marian Heredia

Ojos Negros

Ojos negros de bruja noche;
que brillantes y arremolinados,
te buscan en la estancia de unas letras.
Al filo de una conciencia de acantilados
e indeleble huella, esa, que deja la presencia
en la noche iluminada, llena de ausencia.

Ojos negros, faroles de luciérnagas enamoradas,
brillo suplicante y absorto,
difuminado en la distancia.
Empapados de agua dulce,mirándonos
desde las paredes liquidas del alma.
A gritos callo tu nombre, al abrir las ventanas.
¡Cual conjuro de brisa! al cabello ensortijada,
¡Cual alondra de aurora ! Al trinar cada mañana.

Dime: ¿Qué te dicen esos ojos negros,
cada vez que te hablan?
Dime: ¿Qué te han contado, de las frías noches
oscuras? Ojos negros de noche embrujada;
que al volar por las cornisas, te han acariciado el alma
y te miran suplicantes bordados de espuma,
por los arenales en calma.


Ellos han cruzado tantos mares y montañas,
han atizado tantas velas, al cerrar los parpados,
encendiendo faroles, con los mecheros
de una pasión en llamas.
Ojos negros que te llenan de azules;
recitando poemas como en los domingo los misales,
a la diestra de mis manos,sin querellas.


Espantando el silencio de los pasos, al leerte:
entre versos, enumerando estrellas.

Marian Heredia

Cielos azules

Sólo quedan cielos azules,
en la franja de nuestros ojos.

De
madrugada,
al despertar
te veo asomado
en todas mis ventanas;
ungido de miel y azafrán.

Con las manos llenas de poesía,
amanecida de alba.

Tan callado,
tan leve,
tan real,
tan tú.


-Acaso-
¿Eres poeta?

Copyright©MarianHeredia

Vas en mis alas

Me

encontrarás

cada

amanecer

y

cada

atardecer

será

nuestro

destino,

tu sol será

mi sol

y

tu estrella

será

mi estrella.

*

Copyright©MarianHeredia

Hoy, te pienso...

Al final de todo.
Tras los bastidores del universo,

donde ya no te existo,

diluyendo sombras.

-sintiendo-

Te pienso...

cada vez que llego a la estación

de donde nunca partimos

y de donde nunca te llevas:

el riel de mis trenes,

ni la epístola de versos,

guardada en mi caja de zapatos;

allí, donde el recuerdo siempre queda,

con tu sonrisa de azules

y tus dedos de peregrina ave,

llenando de oxígeno los baúles,

con la frente al cielo

y el retrato de tantos sueños apretados,

entre las faldas de mi pecho;

mirando a tus ojos

lleno de "adioses"que aun duelen.

Buscando un "Quizá mañana"

que se cuele

por la bisagra de tus labios,

al estrujar la memoria

que le otorga algún beso de atardecer,

como en aquellas auroras naranjas,donde desnudos,

llenamos globos de poesía.

-mirando el sol-

Allí,te pienso...
con el mundo

atravezado en la garganta

-viviendo-

¡Cuánto clamor al aprenderte!
(Cuánta espada penetrante al regresar )

-sin despedirte-

... y todo por la prisa de las alas

-en un beso -
que ambos inventamos.

Copyright©MarianHeredia

Así te quiero,cuando te quiero...

Así te quiero, cuando te quiero.

Despacio, callada,

con la yema de mis dedos

a tu alma asomada.

Así te quiero, cuando te quiero.

Sosegada y distante,

con mil adioses a cuestas,

a cada instante.

Sin alarmas ,sin apuestas.

Así te quiero, cuando te quiero.

Sensata, discreta,

con el hilo de los sueños,

atada a las ideas,

con la selva de mi pensar,

instilada de la pena.

Acariciando tu risa,

...casi, ajena.

Copyright©MarianHeredia

Retazos de Mar

Hablaron los vientos con las aguas

-enamorados-

sal ardiente reposada

en el corazón de las conchas.

Piel cobriza y tostada,

luz blanca y manos de madera

tejiendo redes en la orilla,

brisa que peina cabellera.

El que ha bebido,

las sonrisas sin letras

en la suave lluvia nocturna,

sabe del fuerte resonar de las olas

y del oído profundo de los caracoles

en las ávidas resacas.
Allí, donde los vientos murmuran

sus andanzas

sobre los pechos de las montañas:

se escuchan cual gritos rotos,

al pie de tempestades.

El que ha leído, la palabra escrita

en la mirada muda,

ha sentido el aire sonriente

de las olas y mareas:

suspiro salado y espíritu de roca,

esperanza dorada de acantilado

que pinta atardeceres

en celestes mordientes.

Índigo de soles sin sombras,

sobrevivo

a tu espera

cual retazo de mar.

Copyright©MarianHeredia

Te escribo

Te escribo desde el alma, adherida a ti cual hiedra,

bajo una débil línea de la luna nueva.

Asomada en el verde zaguán de la arboleda,

muy cerca de tus pasos, inclinada a la tierra.

Te escribo desde todos los rincones ausentes,

al amarte callada, desde todas mis fuerzas.

Te escribo desde el acorde de todos los cantos

que dejan los mirlos al asomarse a mis puertas.

Te escribo desde una mano que te alcanza a tientas,

inefable y dulce amor, que despierta a las piedras.

Te amo en el ir y venir, nada y todo en tus pasos,

al escribir tu nombre que se borra en la arena.

Hueles

Hueles

a verde mojado,

a tierra surcada,

a viento huracanado.

A mares y a cielo,

a candil encendido,

a vino añejado,

a pie de montaña

y a canto rodado.

Hueles a savia

de frutos y mieles;

a perfume profundo

de fatigas lejanas;

a batallas vencidas

y a guerras ganadas.

A sauce

y a risa de niño.

Madera tallada

a sudor de corpiño,

a pintura fresca

y a estirpe de armiño.

A piel,

a sexo,

a volcán y a lava,

a saliva y a besos.

Así hueles: Amor.

Aleteo ...

No vale atrapar el color hermoso de las alas.

El sentimiento.

Querer cazarles con red es capricho y sufrimiento.

Sus aleteos: Es esa ilusión casi incansable,

es inventarse fantasías,

es dormir entre suspiros y te quieros..

Brujería:

Aletear de mariposas que sientes dentro de ti…

Amor brujo…. ¿Quien no lo ha tenido ?

Ese amor que idealizas en tu mente

y evocas en tu soledad.

Amor de juventud color rosa

con tonalidades

de mar azul y sal.

Me enlazo por días atrás o más…

en largos silencios encerrado en mí mente

bajo mi almohada escondido

detrás del sonido

de aleteo de mariposas

que se escucha a lo lejos…

Una ilusión que llega

y se va como recuerdos.

Aleteos de mariposas de un inolvidable ayer…

Gracias por existir .....

Te sueño...

Pensando en ti, a veces sueño...

sueño con el ayer y los ojos abiertos.

Sueño que te tengo en silencio,

como las estrellas en el firmamento.

Distante y callado;

tus ojos sobre mis ojos

intentan adivinar mis sentimientos.

Sueño, que no estamos solos,

sobre la arena estan los cuerpos.

El mar nos vigila atento.

El viento de ti me trae tu suave aliento,

sueño que en un instante se detiene el tiempo.

Las olas apagan su rumor eterno,

se calla el viento

y yo muda

como tú...

te beso.

Marian

¡Muero en ti...!

Pequeños golpes
alojan
lloviznas eternas,
¡Muero!
en tus ojos.

En caricias
sin terminar
¡Muero!

Sin querer
regresar
a la
estación.

¡Muero!
en ti.

*

Retrato.

Pautados por la lluvia,
débiles huellas,
quedan en retratos
de miradas fijas.
Flagelos congelados,
al final del arcoíris,
que esperan
un azul
entre las nubes.

¿Estaremos,
algún día
para cuando
llegue, el nunca?

O quizás vivan,
las manos desnudas
-para siempre-
rozando el abatimiento
de aquellos ojos
tímidos,
rayados en carboncillo,
regalándose sonrisas
y pequeños cielos honestos,
esquivando tanto presente
en líneas derramadas.

*

Cómo no decir que te amo.

Cómo no decir que te amo.

Sí, cada noche, en los sueños
te encuentro durmiendo a mi lado,
cual galaxia de calandrias,
embebido y naufragado.

Cómo no decir que te amo:
Sí, eres recuento de pájaros y alas;
vestigio de tardes azules y pálidas
en auroras vestidas de calas.
Plectro atisbado de besos,
boca humedecida de versos.

Cómo no decir que te amo:
Dulce poesía,
en desprendidas manos,
cual torrente de acuarelas,
al soñarte.
al besarte.

Eres regalo indescifrable
en el fluir de los latidos:

que me desborda,
que me apasiona,
que me deja acariciarte,
al llamarte en silencio
por tu nombre.

Cómo no decir: "Te Amo"

Sí, te amo.

Tus manos

Tus manos deambulan

en mi desnudez de aurora,

amanecida frescura

en semblanza de otrora.

Tus manos bocetan

mis diáfanos pechos,

pincelan mi talle,

recorren mi cuerpo

con gráciles dedos,

hechos mariposas

que juegan a la ronda

en los campanarios

de mi piel de rosa.

Tus manos sedientas
con amor me toman
y beben de la fuente
que el beso le otorga.


Tus manos sutiles
se visten de arcoíris,
con alas de alondras
me llenan de azules
y granas vertidas,
que en mi vientre posas.


¡Tus manos benditas!
...desbordan mis sueños
y tejen mil prosas.

Pirueta

Recobra

tu viaje

antiguo

tu pesar

reciente

hazlo

sorbo fresco

de fruta desprendida.

Yo

aspiro

tu

estirpe

solariega,

yo

sigo

tu pie sediento
tras el paso frágil.

Eres, la pirueta de mi alma
...en otro cuerpo.

Marian

En tus besos

Clamo por tu aliento

con necesidad hambrienta.

Malabarista de versos,

trapecista en mi boca,

dueño de esos besos

que me hacen ser gaviota.

Al relamer espumas

en jirones de viento,

malabarista de olas

ensayando piruetas

entre frágiles cabriolas.

Esos besos tuyos,

que me colman,

-son esos besos -

que me elevan

tocando el cielo

y en picada bajan;

acariciando al mar,

planeando el vuelo

con varillas de nardos

y delfines en celo.

Nadie sabe

que tu mirada

pervierte mi candidez,

-beso a beso-

y me delatan,

me sublevan

y me condenan

... a tus besos.

Desde mi silencio

Desde la música insondable

que nace
del mar y su fondo,

desde el santuario
de yodo y sal

que respiran las caracolas.

Soy

la que te canta
y te seduce.

la que va sobre la ola
alzada

vestida en fibras de luz,

tejida en hilos de alga,

desde mi silencio

de náufragos cabellos.

Quizá, espejismo,
gasa de espuma.

Caleidoscopio que danza
en acorde absoluto

al ritmo de las mareas.

Pero…

dejadme quieta junto al mar,
mientras me ames.

Mientras, seas el revivir

y el fuego
-sabrás-

de mis lámparas.

Marian.