Al asomo de la aurora.
cual arcilla, poco a poco,
me moldeas.
Piel de luna abrumadora,
adobe azul y tono rojo;
me delineas con tus dedos,
me das forma a tu antojo
y caminas despacito
las veredas de mi olmedo:
Poro a poro,
beso a beso.


Alfarero de mi pecho,
pincelado aquí en mi talle;
voy cediendo al acecho,
en cada pliegue de mi valle:
mano a mano,
cuerpo a cuerpo.

...Y ya no queda más espacio
-en mí-
que tus labios
no conozcan;
entre piel y arcilla rosa,
son tus manos,esas manos,
cual abejas laboriosas
que sedientas me moldean
mientras, mi alma alborozas.

Violín

Diapasón
de curvo sueño,
talla de selva
apretada a mi boca,
tu alma sostengo.


Doblez
y lamento
de ébano
en cuerdas frotadas,
tensas crines
que vibran
en mi agudo
cuerpo.

Hoy

eres bufón

de la

tristeza

que llevo.

Marian

Náufrago

Te llevo en el vaivén sinuoso,

que aguarda el ángulo exacto

de tu alma en mi alma;

al romper con furia

la marea de mis aguas,

en tus aguas.

Vives en mis acantilados

de sepia y roca, margen

húmedo de salitre,

que salpica, roe y baña.

Te llevo al extremo opuesto de mi otra orilla:

donde mi ausencia te respira y habita,

en ese devenir de ventosas,que te falta

-desde entonces-

eres náufrago, adosado a mi cintura de alga,

musgo adherido a mi hambre retórica,

ambrosía ambigua a la razón que conoces;

elixir brujo de piel morena y crispada

que te arrastra y me arrastra

en ambos sentidos y sin querer

te acerca a mis bancos de arena:

para escuchar al viento en el eco de mi andanza,

que te susurra y te ama amalgamada,

mutismo ensordecedor que ante mi,

te descubre y te desnuda.

Te llevo en mi oxígeno de azules y escamas,

en mi grito de ecos y "Te amos"

en éste crepitar de mareas que me confunde

en el pulso acelerado de cada cima coronada,

en tu nombre; con el goteo constante

del climax derramado en mi abismo de sal,

estalactita de piel que emerge;

oído profundo de mi pecho

en tu pecho de mar y de hipocampos;

que me roza,me agita y me posee.

María Lourdes.