Luna enamorada

Cual campanilla rosa

de semblanza desvestida y enredada.
Colgada como farol en la clara noche
vengo a dormir, entre tus dedos de broche,
amándote con mi pequeña silueta adormitada.

Y tú, vienes…
corriendo como riachuelo,
con la mirada enamorada,
carcomido de amor desde los huesos,
hasta los trigales de mi cuerpo.

Peinando de bucles
azabaches,
su ensortijado pelo.

El niño la mira, mira...
con ojos de sortilegio,
robándole de poco a poco,
cada uno de sus versos.


La luna lo está mirando,
la luna lo está durmiendo
enamorada sobre su lecho.


Metido entre los arrullos
silenciosos de su pecho;
haciendo rondas
de sonajilla y besos.

Alquimista.

Me imaginas y sospechas,
tallada en fina madera.

Me adivinas y percibes,
esparcida en yerbabuena.

Me divisas y distingues,

corredor de montes y planicies.

Me atrapas y descubres

atisbas, tocas

e inspiras.

Naturaleza pródiga.

Hechicero embriagante,

excedido en esencia:

"Te amo"

Alquimista.

Me provoca...

Me provoca...

exigirle

a

tu

locura

que exilie

a mi cordura,

que mis

manos

lleguen

a ti

-al inventarte-

Me provoca...

ir al

encuentro

de tus labios

con mi boca

-e indagarte-

Me provoca...

beber sorbo

a

sorbo

de tu elixir.

adivinar

a que saben

tus

deseos,

temblorosos...

-de lujuria-

Me provoca...

sentir

que tus

dedos

resbalen

trazo a trazo,

por mi cuerpo

apagando

mis hogueras...

Me provoca estar en tí...

Marian

¡Ay amor!...Amor.

¡Ay Amor!... Amor.

Si has llegado mañana,
sin saber que venías, ya te esperaba…
Siento cuando te vas, la renuncia y desfallezco;
te presiento como ave y son tus besos,
que hacen cabriolas en los mares con el viento.

¡Ay Amor!... Amor.

Te descubro y renazco.
Te busco amor y no te encuentro;
aunque verte me dejes, viajando a mis manos
como a la playa van las olas, a mojar sus cuencos.
No te entiendo: al estar, sin estar
y en mi muerte, te sueño;
sin noción de tiempo, ni oídos,
ni caminos y un día espero:
me cuentes de tu gira
si tengo vida a tu regreso.

¡Ay amor!... Amor.

Hasta que nunca te marches.
Esperare hasta siempre...
a que regreses a mis ansias
y si nunca vienes,
muero y nada siento.

Marian Heredia

Ojos Negros

Ojos negros de bruja noche;
que brillantes y arremolinados,
te buscan en la estancia de unas letras.
Al filo de una conciencia de acantilados
e indeleble huella, esa, que deja la presencia
en la noche iluminada, llena de ausencia.

Ojos negros, faroles de luciérnagas enamoradas,
brillo suplicante y absorto,
difuminado en la distancia.
Empapados de agua dulce,mirándonos
desde las paredes liquidas del alma.
A gritos callo tu nombre, al abrir las ventanas.
¡Cual conjuro de brisa! al cabello ensortijada,
¡Cual alondra de aurora ! Al trinar cada mañana.

Dime: ¿Qué te dicen esos ojos negros,
cada vez que te hablan?
Dime: ¿Qué te han contado, de las frías noches
oscuras? Ojos negros de noche embrujada;
que al volar por las cornisas, te han acariciado el alma
y te miran suplicantes bordados de espuma,
por los arenales en calma.


Ellos han cruzado tantos mares y montañas,
han atizado tantas velas, al cerrar los parpados,
encendiendo faroles, con los mecheros
de una pasión en llamas.
Ojos negros que te llenan de azules;
recitando poemas como en los domingo los misales,
a la diestra de mis manos,sin querellas.


Espantando el silencio de los pasos, al leerte:
entre versos, enumerando estrellas.

Marian Heredia